¿Y dónde está Artabán?

Regreso a postear después de un buen rato de vacaciones de los blogs así que disculpen si no escribí o pase por sus blogs pero me tome un descanso de la vida virtual.

Saben me da gusto saber que al menos en los niños más pequeños aun existe la ilusión y la fe. Es una fecha mágica, de niño esperaba con gran ilusión despertar y ver el árbol de navidad rodeado de juguetes, y ahora veo a mis sobrinos con esa misma mirada ilusionada y es cuando me doy cuenta que la fecha aun sigue siendo mágica.

Aunque también me lleve algunos disgustos, resulta que siempre recibí juguetes de los personajes antagonistas, mientras que mi hermano mayor recibía a los J.I. Joe, yo recibía los Cobra; él recibía Leon-O y yo recibía a Mumm-Ra; él recibía a He-Man y yo recibía a Skeletor; él recibía a los halcones galácticos y yo obtenía a Monstruón; y así ad infinitum.

Quizás de allí vienen mi carácter algo inexpresivo y frío, siempre me toco jugar a ser el malo, el sin sentimientos, el despiadado y claro cuando jugaba con mi hermano él tenía que ganar porque claro él era el de los buenos y yo el malo, claro por eso muchas veces prefería jugar solo.

La verdad es que hasta ahora sigo con la duda, creo que mi hermano mayor se despertaba antes que yo para cambiar los regalos y escoger lo que él quería y dejarme a mi lo que no le agradara, o en verdad los mentados reyes magos hacían eso a propósito.

Esta noche cenare rosca de reyes con chocolate caliente, y díganme ¿Qué les trajeron los reyes magos?; en mi caso nada, estoy seguro que mientras a otros su rey mago designado seria Melchor, Gaspar o el antes menospreciado y ahora crecido Baltazar (por eso de que Obama ahora es presidente), en mi caso mi rey mago designado es el olvidado Artabán que seguro se extravió con mis regalos.




PS. El título del post es en honor a aquel despistado que se perdió en el trayecto, el desconocido cuarto rey mago.